Ciudad (notas 2003) por Santi Cabezuelo

Una mirada más íntima es la de Marcela Jardón, un trabajo que no se detiene en bucles egocéntricos sino que explora en su entorno inmediato en busca de respuestas a la pregunta de qué/quién pertenece a quién/qué en un interrogante que recorre subjetividad/cuerpo/ciudad.

Del interrogante se extrae como respuesta una piel humana en lo urbano y una “fachada” urbana en el sujeto-cuerpo.

El lenguaje se constituye en un doble camino entre la foto estática y el movimiento: El formato es digital: After Effects, Premiere, Flash y Photoshop. Vídeo sin secuencialidad narrativa, ni temporalidad cinemátográfica, ni palabras, ni textos; Sino sucesión, concatenación, de imágenes a la manera de un cine primitivo digitalizado del siglo XXI.

Tal es el recurso; La intención es la de fragmentar la bio-grafía para situarla en su justo lugar: el fragmento vital en un tiempo/mundo que continúa fluyendo antes y después de nosotros.

Como ejemplo de su obra mencionaremos las imágenes del cuerpo de la artista que se funde con la ciudad vieja de los graffitis y de la crítica social. Brilla por su ausencia la ciudad institucional, arquitectónica, oficial, la ciudad dura, planificada y desubjetivizada, neutralizada y, a fin de cuentas, deshumanizada y ajena.

Santi Cabezuelo

—–

A principios del 2003 comencé un trabajo fotográfico en el Raval de Barcelona ante la necesidad  urgente de registrar el paisaje en una zona en la que dia a dia se producían violentos cambios urbanísticos.

Simultáneamente trabajaba con la idea de qué cosas le imprime uno a un barrio. Proyectarse. ¿quien construye a quien? ¿se puede decir mi barrio? O es que uno pertenece a un barrio? Y decidí incorporar la imagen del cuerpo. Un cuerpo icono, un cuerpo pantalla.  Lo que uno lleva bajo la piel del sitio en el que habita.

Considero importante reflexionar ante una realidad de ‘zapping arquitectónico’ donde día tras día desaparecen del paisaje ‘familiar’ edificios que formaron parte de nuestra identidad , de la propia manera de estructurar el espacio, para ser reemplazados por estructuras nuevas, a un ritmo tan vertiginoso, que parece lógico sentirnos al menos, ‘dislocados’.

Este trabajo se ubica en la línea que desplaza la mirada hacia el entorno cotidiano,  hacia el rescate de una memoria constitutiva de una identidad.

De como la gente y la ciudad se interrelacionan. Quien pertenece a quien. Quien construye a quien. La gente diseña y moldea los sitios donde vive, pero ese moldeo también transforma su vida.

 

Visitas: 2